En busca de bellezas españolas
para la pantalla mundial

Era la primera vez que el cine de Hollywood ponía los ojos
en nuestro país como lugar de captación de bellezas hispanas. La iniciativa,
según el propio periódico, partía del mismísimo presidente de la corporación,
Mr. William Fox, “convencido desde hace mucho tiempo de que la pasional
belleza española con su gracia y delicada expresión, unida a la sensibilidad
del alma española, sincera, noble y leal, es la más apta del mundo para el
mayor y mejor contingente de estrellas”. Y nosotros sin enterarnos.
Pero el boato atribuido a Mr. Fox no acababa ahí…, “ha
destinado juntamente con la gran compañía que preside la cantidad de cincuenta
mil dólares para pago de los gastos de busca del mejor talento de la pantalla
de España y para conducir la presente “Busca de Estrellas” la cual no tiene
paralelo en la historia del cinematógrafo del mundo entero”.
En esa década, las grandes productoras de Hollywood
estrujaban meninges, y lo que fuera menester, en busca de la excelencia
promocional. No sólo era necesario ser guapo; ya saben, abanderar grandes
producciones, sino parecerlo. Y en eso de parecerlo, que mejor que un buen
departamentos de publicidad propio. La mayor parte de las mayors crearon el suyo. Ahí se cocieron
durante décadas todo tipo de acciones y materiales publicitarios, incluso los
chismes que se esparcían por revistas y periódicos con los astros y estrellas
en el punto de mira.
No es fácil aventurar si una promoción como la presente se
hizo realmente por la promesa que expresaba o la expresaba por la alta
notoriedad que la marca Fox Film podía conseguir en nuestro país durante todo
el tiempo que durase el proceso. Nos inclinamos a pensar más en lo segundo, aun
reconociendo que el despliegue llevado a cabo por la productora fue de órdago.
Fox consiguió su primer propósito, el de la notoriedad, pero también cumplió su
promesa de situar a la actriz ganadora entre las estrellas de Hollywood, como
veremos a continuación.
Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao y Sevilla fueron las
ciudades señaladas para la criba, alterando el ego y las esperanzas de miles de
hombres y mujeres que se aprestaron a pasar por el objetivo de un fotógrafo
experto para sacar el mejor partido a rostro y cuerpo. La foto facial debía ser limpia y libre de abalorios, de
manera que sólo destacara los rasgos principales. En cuanto a la del cuerpo, un
solo traje, el de baño, ya que lo importante para el jurado –que lo había, y
con nombres y apellidos-- era el contorno, la silueta.
El premio para los elegidos no era moco de pavo: Un
contrato con la Fox con un cuantioso sueldo; un año de prácticas en los
Estudios William Fox para ejercitarse en el arte de actuar ante la cámara
cinematográfica;
además de gastos de viaje y estancia para ganadores y acompañantes.
Pero antes los concursantes tendrían que pasar las pruebas
oportunas de filmación frente a la atenta mirada de un operador que la compañía desplazó a España
una vez seleccionados los candidatos. Filmaciones que luego serían remitidas al
todopoderoso Mr. William Fox para su visto bueno.
Desconocemos el nombre del concursante masculino elegido,
si es que hubo alguno. La chica afortunada con la ansiada gloria de Hollywood
fue María Casajuna, una catalana, barcelonesa por más señas, nacida en 1910 y
que ese momento aún no había cumplido 17 años. María llegó a Hollywood en 1927
y allí se quedo, en California, hasta el fin de sus días en 1986.
Fotografía de la actriz una vez instalada en Hollywood
Tras un primer corto, debutó en la gran pantalla en 1928
con la película A girl in every port, bajo la dirección de Howard Hawks. En España fue
estrenada con el título de Una novia en cada puerto. Luego, tras un primer intento de
cambio de nombre (Marta Alba) fue rebautizada definitivamente como María Alba.
Otros títulos destacados fueron: Joy Street (1929), El cuerpo del delito (1930), Los que danzan (1930), La fuerza del querer (1930) El código penal (1931), Su última noche (1931), La ley del Harem (1931) y El robinsón moderno (1932), esta última con Douglas
Fairbanks. En 1946 rodó en México sus dos últimas producciones, La morena de
mi copla y El
hijo de nadie.
JOY STREET (USA, 1929)
Anuncio del Catálogo Fox 1927, donde la actriz aparece con el nombre de Marta Alba
Ilustración de Usabal
LA LEY DEL HAREM (USA, 1931)
Programa de mano tarjeta
LOS QUE DANZAN (USA, 1930)
Programa de mano doble troquelado
Ilustración de Solé
SU ÚLTIMA NOCHE (USA, 1931)
Programa de mano tarjeta
SU ÚLTIMA NOCHE (USA, 1931)
Programa de mano doble troquelado
EL ROBINSÓN MODERNO (USA, 1932)
Programa de mano doble