CON SABOR A NAVIDAD
Las imágenes de cine navideño son quizás las más memorables. Al menos para aquellos que se alimentaron de cine clásico. La magia de la nieve, el calor del hogar, el espíritu festivo de las gentes, el árbol embutido de colgajos, Papa Noel o los Reyes Magos. Y un mendigo que un día come caliente, y un niño perdido que en la tele siempre era !Chenchoooooo!. Incluso un pobre corderito al que los mayores quieren cocinar y los niños salvar del horno. Y también los cuentos susurrados, y el crepitar de fuego en la chimenea, y los dulces… Todo eso era la Navidad en películas como Juan Nadie (1941), ¡Qué bello es vivir! (1946), Leyenda de Navidad (1947), De ilusión también se vive (1947), Navidades blancas (1954), Felices pascuas (1954), Plácido (1961), La gran familia (1962)… y así hasta llegar a las más cercanas Gremlins (1984) y Sólo en casa (1990). Sí, ya se que hay títulos más recientes, pero el espíritu de este blog es otro.
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