Saul Bass (1920-1996) es sin duda uno de los grandes nombres del cine americano. Y no precisamente por su trabajo en la parcela interpretativa o en la dirección. Su asombrosa aportación tuvo lugar en el campo del grafismo, de los créditos, del diseño, en definitiva.
A Bass se deben muchos de los grandes iconos proyectados por el cine, muchas de esas imágenes que se ha instalado de por vida en la retina incluso de los menos cinéfilo.
Un genio del diseño que ya desde niño cambiaba sus horas de recreo por horas de dibujo, de imaginación visual. En sus inicios profesionales trabaja para varios estudios o Agencias de diseño, hasta que en 1950 inaugura su propio estudio gráfico, al que pronto acuden muchas de las grandes compañías y marcas comerciales en busca de su creatividad visual. Bass fue el responsable de la imagen corporativa de empresas como AT&T, Minolta, Bell, United Airline y un largo etc.
Su enorme talento para expresar mediante símbolos, colores y atmósferas le abre las puestas del cine, donde volcará su arte sobre los créditos de infinidad de producciones. Su primer gran trabajo tiene lugar en la película Carmen Jones, dirigida por Otto Preminguer, el primero de los grandes directores en fijarse en él. Más tarde es requerido por Billy Wilder, Henry Hathaway, Robert Aldrch, Carol Ritt, Alfred Hitchcock, entre otros. Con el mago del suspense colabora en las cintas Con la muerte en los talones y Vértigo, dos atmósferas que le iban como anillo al dedo a la visión turbadora de Bass.
Saul Bass no sólo aplicó su magia artística a la introducción de las películas en las que interviene, con grafismos y grafías sorprendentes; también se hizo cargo de todo lo relacionado con la promoción gráfica, con el cartel como principal exponente. Aquí van unos cuantos ejemplos seleccionados de la colección Gerardo Vera, que amablemente ha permitido su reproducción en este blog.